SAN JUAN, PR – ABRIL 2020 – El novel coronavirus ha acaparado todos los aspectos de nuestra vida diaria. Es hasta redundante decirlo. El mundo cambió completamente en menos de dos meses, y no sabemos hacia dónde nos vamos en este revolú. Encima, el gobierno sabe menos que nosotros.
El problema más grande de esta pandemia es poder determinar el futuro. No sabemos cómo resolver o parar el contagio, pero estamos buscando desesperadamente cómo volver a la “normalidad”. Aunque creo que apurarnos por la economía es incorrecto y va a empeorar todo, ese deseo nos ha dado algunas ideas.
Mundialmente se discute cómo podemos disminuir el contagio. Quedarse en casa es la medida principal hasta ahora, pero ya sabemos cómo nos va con eso. Es por eso que países como China, Corea del Sur y Singapur están modificando programas y aplicaciones de rastreo para poder velar para dónde va todo el mundo constantemente. El propósito es minimizar el contagio, pero darle libertad a la gente para moverse.
La teoría es que, por medio de estas aplicaciones, pueden rastrear a los supervivientes del virus, informar a la gente sobre quién ha visitado los espacios públicos, y si están infectados. Sería una base de datos andante. Y ese es el problema con este plan.
Vamos a imaginar que el gobierno procede con esta idea. Tendría que desarrollar una forma de convencer a todo el mundo de instalar una aplicación en sus teléfonos. Si se logra, la gente tiene que proveer información personal que será vista por otros en anonimato. Toda esta información, ¿cuánto tiempo tiene de vida? ¿Quién la maneja? ¿Quién se encarga de que esa información no se venda o no se use para otras cosas?
Entiendo que, en parte, lo que quieren hacer es ayudar a los hospitales con la carga, porque además de salvar vidas hay que ser realistas con los recursos. Pero, al fin al cabo, no es una medida que detiene el contagio, y no ayuda a eliminar el distanciamiento social.
Pienso que están brincando un paso. Hay que cuidar de la gente primero, antes de recurrir a lo que podemos llamar espionaje. Es más fácil darle los recursos a la gente para cuidarse/no contagiarse directamente. Como que nos queremos complicar, porque hablar de facilitar recursos y abrir la economía es “de socialistas”. Además, darle toda tu información al gobierno por motivos que no están claros, por un tiempo ilimitado, no suena como buena idea.
Aparentemente, es posible detectar si los recuperados desarrollaron anticuerpos a través de una prueba de sangre. Por eso, en los Estados Unidos se ha estado considerando distribuir certificados o pasaportes que confirmen la “inmunidad” al virus. Pero, ¿y si resulta que están incorrectos? Y si te vuelve a dar una segunda vez?
Hay muchas cosas que considerar a la hora de buscar una solución al problema del contagio. Pero, como muchas cosas últimamente, hay que cogerlo suave. Todos los días la situación cambia, y tenemos que seguir moviéndonos a favor de la salubridad. Vamos a salir de esto, pero solo si todos cooperamos.
Fernando Fernández, PI, BAI, CCDI, CDRS, CII, CAS, CHS-II
Presidente - Covert Intelligence, LLC
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